BIOGRAFÍA DE LA PLAZA DE BOLÍVAR DE MANIZALES (FE DE ERRATA)

Vicente F. Arango Estrada.

 

En la pasada edición del Archivo Historial, distinguida con el No 84, por un error de traslado de archivos de un computador a otro, se nos fue un gran trozo de texto que no correspondía a la cronología tratada sobre la Biografía de la Plaza de Bolívar, el cual para mayor comprensión de nuestro lectores trascribimos.

“....En esta segunda Plaza el único amoblamiento urbano, desde 1887 en adelante, fue la Pila metálica, en desarrollo de un Acuerdo Municipal del 15 de septiembre del mismo año, cuando fue contratada a Don Luis M. Jaramillo Walker, con su instalación por un valor de $ 4.273.00. Otro Acuerdo Municipal del 2 de enero de 1888, destinó $ 400.00, para su instalación y el de su acueducto, el que tomaba el agua para ella de la Quebrada Olivares.

La inauguración de aquella hermosa pila y su acueducto, nos lo narra, en un lenguaje socarrón, el supramentado Padre Fabo así:

“....Dícese que los habitantes de Salamina, emulando la prosperidad de Manizales, y sobre todo por cuestión del traslado de la Prefectura, no veían con buenos ojos esta obra salvadora; así es que a los grandes y ruidosos regocijos que se celebraron con motivo de la inauguración del acueducto, acudieron de los lugares circunvecinos muchos forasteros, y entre ellos, algunos de Salamina un tanto enfurruñados y medrosicos. Y se cuenta que cierto señor llamado Alfonso Macía, quien no podía creer la realización de aquella obra de ingeniería, recomendó a alguno de los que fueron a las fiestas, que le telegrafiara avisándole si brotaba el agua en la fuente o no. Si llegaba a brotar, debía ponerse en el telegrama esta sola palabra: Chorreó. El recomendado, que participaba de la incredulidad de Macía, en llegando a la plaza, como viese la hermosa pila de bronce, que, dicho sea entre paréntesis, costó $ 3.000.00, la pila sola, suma que se pagó con oro extraído de la mina de El Gallinazo, en presencia de ella, el buen hombre exclamó con aire de triunfo: ¡ Muy bonita eres; pero no chorrearás ¡.

Esto fue antes de la inauguración, y por mortificar a los manizaleños, hizo imprimir y colocar unos cartelones que decían: - Dadnos agua, que si no, nos vamos los forasteros-. El tal asistió al acto de la inauguración de la pila, y presenció la salida del agua por el surtidor. Entonces fuése a la telegrafía y puso el siguiente parte parodiando aquello de César: Vine, ví y chorreó. El de Salamina no se satisfizo, y preguntó así: -Pero es agua?- El de las fiestas, fue a la pila, probó el agua y redactó este otro telegrama: - Chorreó, probé y... era agua ¡-...”.

El 19 de julio de 1910, debido al crecimiento de la ciudad y la gran congestión pública que ocasionaba el mercado en la plaza principal de la ciudad, se ordena, por medio de Acuerdo Municipal, el traslado de dicho mercado al descampado que había al lado del convento e iglesia de los Padres Agustinos”.

NOTA: texto que en esta edición integramos en el sitio indicado cronológicamente. Pedimos disculpas a nuestros amables lectores.

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